Es innegable la influencia que la alt-right tuvo en la elección presidencial de 2016 en Estados Unidos. Richard Spencer, ideólogo del movimiento supremacista blanco que acuñó el término para modernizar a su grupo, apoyó la candidatura de Trump desde el principio. También lo hizo David Duke, otro racista, quien fuera lÃder del Ku Klux Klan hace años y que lleva impulsando la agenda supremacista desde los años 80.
El viernes por la noche cientos de manifestantes del movimiento marcharon por el campus de la Universidad de Virginia, fundada en 1819 por Thomas Jefferson, protestando por la supuesta discriminación que existe contra los blancos en Estados Unidos. Los manifestantes portaban antorchas de jardÃn estilo tiki y gritaban consignas como "White lives matter" (las vidas blancas importan), "You will not replace us" (no nos van a reemplazar), y "Jews will not replace us" (los judÃos no nos van a reemplazar).
Por la mañana se difundió un video en el que Duke aparece saludando a sus fans y asegurando que los supremacistas blancos buscan cumplir las promesas de Donald Trump.
"Esto representa un parteaguas. Estamos determinados a recuperar nuestro paÃs, vamos a cumplir las promesas de Donald Trump, en eso creemos y por eso votamos por Donald Trump, porque dijo que Ãbamos a recuperar nuestro paÃs", dijo el racista.
La violencia estalló esta sábado, cuando lo supremacistas se dieron cita en un parque alrededor de la estatua del general Robert E. Lee, lÃder del ejército Confederado que en la guerra civil de Estados Unidos defendÃa el derecho a tener esclavos.
Los manifestantes se encontraron con un nutrido grupo de anti racistas que protestaron lo que consideraban una manifestación de odio. Ambos grupos chocaron y existen reportes de docenas de peleas con tubos y gas pimienta. En los alrededores aparecieron hombres con armas largas y uniformes tácticos que dijeron estar ahà para preservar la paz. Al parecer iban acompañando al grupo de supremacistas.
"73% de los asesinatos masivos en EU desde 1983 han sido cometidos por hombres blancos. EstadÃsticamente, esta es la cara del terrorismo en EU", sostuvo en Twitter el teórico de conflictos raciales Khaled Beydoun.
El monumento de Lee, junto a cientos que siguen desperdigados por todo el territorio sureño de Estados Unidos, está programado para ser retirado por representar ideologÃa de odio. La protesta de anoche y el mitin de hoy tenÃan la intención de detener la destrucción de la estatua. Hace un mes y medio tuvo lugar una protesta similar en la pequeña ciudad universitaria.
La tragedia llegó cuando un automóvil embistió a un grupo de los anti fascistas, hiriendo a veinte personas. Horas después se reportó la muerte de uno de los manifestantes. La policÃa local, sin embargo, informó que sospechaban que el conductor habÃa actuado por miedo y que no creÃan que se tratara de un ataque planeado.
Más tarde los muertos escalaron a tres, cuando dos policÃas murieron al estrellarse el helicóptero en el que se trasladaban.
El gobernador del estado, Terry McAuliffe, declaró estado de emergencia por la violencia y denunció que los provocadores venÃan de fuera y no eran habitantes de Virginia. En su comunicado, McAuliffe se dijo asqueado "por el odio, fanatismo y violencia que estos manifestantes han traÃdo a nuestro estado las últimas 24 horas".
La rectora de la universidad, Teresa Sullivan, condenó las manifestaciones de los radicales y rechazó "la ideologÃa de intolerancia y odio", y dijo sentirse "profundamente triste y perturbada por el comportamiento de odio" que mostraron los manifestantes.
El alcalde de la ciudad Mike Signer también se pronunció contra el mitin de los ultranacionalista y la marcha que calificó como "un cobarde desfile de odio, fanatismo, racismo e intolerancia".
Cuando se confirmó la muerte de uno de los protestantes antiracistas, el alcalde tuiteó que tenÃa "el corazón roto porque una vida se haya perdido aquÃ", e instó a todos los participantes a retirarse.
Antes de que su esposo se pronunciara, la primera dama Melania Trump lanzó un tuit condenando la violencia en Virginia, aunque no se refirió directamente a ninguno de los dos grupos ni habló del racismo promulgado por los supremacistas.
"Nuestro paÃs apoya la libertad de discurso, pero comuniquémonos sin odio en nuestros corazones. Nada bueno viene de la violencia. #Charlottesville".
Finalmente, Donald Trump habló desde su club de golf privado en Nueva Jersey, donde afirmó: "Condenamos en los más fuertes términos posibles este flagrante despliegue de odio, fanatismo y violencia de muchos lados, de muchos lados".
"Esto lleva mucho tiempo sucediendo en nuestro paÃs. No es Donald Trump, no es Barack Obama. Es algo que ha estado sucediendo de hace mucho tiempo", enfatizó Trump.
IncreÃblemente, Trump también encontró un espacio en su breve mensaje para hablar de lo bien que le está yendo a la economÃa norteamericana y mencionó los "niveles récord" de empleos creados en los últimos meses, y las muchas compañÃas que están regresando a Estados Unidos.
Las declaraciones del presidente despertaron una ola de repudio porque pareció que equiparaba la acción de los grupos supremasistas a aquellos que los resisten.
En particular se indignaron los lÃderes del Partido Demócrata que criticaron que el presidente no haya condenado explÃcitamente una manifestación racista donde se ondearon banderas nazis. Trump se limitó a lamentar lo ocurrido, pedir que se restaurara la paz, y a decir que condenaba el odio y la violencia "de muchos bandos", sugiriendo que también responsabilizaba a los anti fascistas por la violencia ocurrida, cuando los manifestantes de la alt-right llegaron con palos, escudos y algunos portando armas largas.
El primero en responder fue el evicepresidente Joe Biden, quien lanzó una elegante y sutil pedrada a Trump desde su cuenta de Twitter: "Sólo hay un bando. #charlottesville".
El senador Bernie Sanders, ex precandidato a presidente y lÃder del movimiento populista de la izquierda progresista, condenó en términos claros a los manifestantes de la ultra derecha que prácticamente sitiaron la pequeña ciudad estudiantil.
Sanders primero dijo que la demostración del movimiento blanco nacionalista era "un acto reprensible de racismo y odio" y llamó al incidente alarmante, "pero no sorprendente". Señaló que los crÃmenes de odio y la hostilidad contra las minorÃas estaban resurgiendo "recientemente", es decir, desde el triunfo de Donald Trump.
Horas después, cuando Trump finalmente publicó su tibio mensaje, Sanders lo corrigió:
"No, señor presidente. Este es un esfuerzo de provocación por parte de neonazis para fomentar el racismo y el odio y crear violencia. Llámelo por su nombre", apuntó.
Tradicionalmente los lÃderes polÃticos y los medios de comunicación se han negado a llamar a los miembros del movimiento alt-right neonazis. Parece que este sábado todo cambió.
El gobernador de Virginia, el demócrata Terry McAuliffe, ofreció una conferencia de prensa donde fue más enfático que en el comunicado que publicó horas antes. Agradeció a los cuerpos policiacos y al equipo de la ciudad, y, en una clara señal sobre a qué bando pertenece, felicitó a "los valientes estudiantes que ayer defendieron la estatua de Thomas Jefferson", refiriéndose a la comunidad estudiantil que salió a rechazar la marcha racista.
"Tengo un mensaje para todos los supremacistas blancos y los nazis que estuvieron hoy en Charlottesville, nuestro mensaje es claro y simple: Váyanse a casa. No los queremos en este estado", dijo firme el mandatario estatal.
También del lado republicano hubo palabras firmes contra los racistas. El senador Orrin Hatch tampoco tuvo reservas: "Debemos llamar la maldad por su nombre", tuiteó el senador. "Mi hermano no dio su vida peleando contra Hitler para que la ideologÃa nazi no sea cuestionada aquà en casa".
El senador por el estado de Florida, Marco Rubio, también lanzó un mensaje inusualmente agresivo para su estilo. Rubio, a pesar de los ataques que ha recibido de Donald Trump, rara vez se ha enfrentado al presidente, hoy, sin embargo, el senador de origen cubano dijo que era "muy importante que la nación escuche al presidente describir los eventos de Charlottesville por lo que son, un ataque terrorista por supremacistas blancos".
Por último, Barack Obama respondió a los trágicos eventos de manera más sutil. El ex mandatario citó una frase de Nelson Mandela, el activista y ex presidente sudafricano, acompañados de una fotografÃa donde Obama aparece conviviendo con cuatro niños de orÃgenes diversos.
"Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel o sus raÃces o su religión. La gente debe aprender a odiar, y si pueden aprender a odiar, pueden también aprender a amar, porque el amor viene de forma más natural al ser humano que su opuesto", señaló en su mensaje.
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- 115/08/1721:57El nigger Barack Obama que junto con Hillary Clinton programaran y destruyeran Siria con el caballito de batalla de que su presidente Bashar Al Assad era un dictador y el cuál fuera elegido democráticamente por su pueblo y que generaran la muerte de quinientos mil sirios, la dispersión de diez millones y la muerte por naufragios y ahogo de otros cientos de miles cruzando el Mediterráneo hacia la democrática Europa que los rechazaba o los encarcelaba en campamentos de refugiados accesibles al odio y ataque de los nativos. El negrito demócrata que destruyó toda la infraestructura edilicia, los centros de salud y hospitales, edificios públicos y privados, y todo aquello que significaran servicios de todo tipo, ahora se muestra horrorizado por el racismo imperante en su país que siempre lo ha sido. Los Estados Unidos de Norteamérica que desde su fundación han generado sangre y fuego por todo el planeta por la razón o la fuerza utilizando el "big steak" o el "big stick" indistintamente según las necesidades, hoy, hoy, quiere mostrarse horrorizado por lo que está sucediendo en su país, que según ellos representan la democracia por excelencia y por antonomasia. ¡Por favor! ¡Dejémosnos de joder! Lrpmqlrmp.